El Partido Laborista de Noruega, liderado por el primer ministro Jonas Gahr Store, ha logrado una victoria en las recientes elecciones parlamentarias, obteniendo aproximadamente el 28% de los votos. Sin embargo, este triunfo se ve matizado por el avance de la ultraderecha, que ha alcanzado su mejor desempeño histórico y transforma el equilibrio político del país.
Resultados electorales y el protagonismo del Partido del Progreso
Según las proyecciones de NRK, TV2 y Verdens Gang, el Partido Laborista y sus aliados han conseguido 87 de los 169 escaños del Storting. Esta cifra le otorga al actual gobierno apenas dos escaños por encima de la mayoría absoluta, lo que obliga a Jonas Gahr Store a contemplar la negociación de una posible coalición o incluso la opción de gobernar en minoría.
Crecimiento histórico de la ultraderecha
- Partido del Progreso: Logra un 23,7% de los votos, la mejor cifra en su historia, y supera a los conservadores (14,8%).
- Agenda política: Se sitúa ahora como la segunda fuerza en Noruega, defendiendo recortes fiscales y una postura crítica frente a la inmigración.
El impacto de la economía y la energía en el voto
La campaña estuvo marcada por debates sobre inflación, precios de la electricidad, impuestos, salud y el futuro de la industria petrolera. Los partidos de izquierda proponen aumentar los impuestos a las rentas altas y regular más estrictamente los sectores energético y petrolero, pilares clave para la economía noruega y su papel como proveedor estratégico en Europa.
Estos resultados ponen de manifiesto un cambio sustancial en el panorama político de Noruega, donde el Partido Laborista deberá negociar constantemente con la ultraderecha y otras fuerzas de izquierda para afrontar los desafíos económicos y energéticos que enfrenta el país.
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