The Economist ha señalado que China está avanzando más rápido de lo esperado en su distanciamiento del dólar estadounidense. Este proceso ha sido impulsado por factores como la política comercial de Donald Trump, los déficits fiscales de Estados Unidos y amenazas a la autonomía de la Reserva Federal, los cuales han contribuido a un debilitamiento del dólar coronado por una caída del 7% en lo que va del año, marcando su peor inicio desde 1973.
El auge del yuan frente al dólar
En contraste, Bloomberg resalta que el yuan ha alcanzado su nivel más alto desde la reelección de Trump. La creciente presencia de inversores extranjeros en China y el análisis de varios gobiernos sobre alternativas al dólar para transacciones internacionales refuerzan esta tendencia.
Los avances de China incluyen que más del 30% de su comercio exterior se liquide en yuanes, frente al 14% en 2019. Además, más del 50% de los ingresos transfronterizos también se efectúan en yuanes, cuando en 2010 solo representaban el 1%.
Implementación del CIPS y crecimiento del yuan digital
El yuan representa actualmente el 4% de los pagos internacionales y el 2% de las reservas globales de divisas. Aunque estas cifras aún son bajas comparadas con el dólar, han experimentado un notable crecimiento desde 2022.
En respuesta al sistema SWIFT, China ha implementado el CIPS, al que se han adherido más de 1.700 bancos en todo el mundo, un incremento del 30% desde antes de la guerra en Ucrania. En 2024, el volumen de transacciones en yuanes creció un 43%, alcanzando los 24 billones de dólares.
China también ha desarrollado el yuan digital y el sistema mBridge, facilitando a países sancionados, como Rusia, realizar operaciones financieras fuera del ámbito del dólar. Pekín ha establecido líneas de swap por más de 4,5 billones de yuanes con 32 bancos centrales, similar al esquema del Fondo Monetario Internacional, para fortalecer la confianza en tiempos de crisis.
Emisión de deuda en yuanes y desafíos futuros
Asimismo, países como Hungría, Brasil y Kenia han comenzado a emitir deuda en yuanes, subrayando el atractivo creciente de la moneda china. Según The Economist, el yuan está en un proceso de consolidación, aunque aún enfrenta desafíos como los controles de capital, mientras China avanza hacia un sistema financiero menos dependiente del dólar.
El gobernador del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, anticipa un futuro competitivo y multipolar en el que el yuan jugará un rol significativo en el comercio y finanzas internacionales.

