By 
Por: Pedro Morales: Consultor en inteligencia artificial, marketing digital, economía digital, fundador de la agencia de automatizaciones IA Liderazgo Digital MS, director ejecutivo de la plataforma de medios “La Nave Digital”.
Hace unos días reflexionábamos sobre cómo la “fatiga del desplazamiento” estaba dejando las aulas vacías y cómo el futuro de la formación no residía en un curso aislado, sino en la pertenencia a una tribu. Hoy, esa brecha entre el modelo antiguo y el futuro se ha vuelto más profunda y evidente. Con el ya llamado síndrome de las “sillas vacías”, decíamos que el desplazamiento físico para consumir información se ha vuelto una fricción insoportable. Pero lo que estamos viendo ahora es algo más sistémico: una división clara entre quienes usan la tecnología para sobrevivir y quienes la usan para liderar.
El anacronismo del “regreso a la oficina”
Mientras muchas empresas, presas del pánico o de la falta de visión, han intentado “meter el genio en la botella” obligando a sus empleados a regresar a la presencialidad total tras la pandemia, el emprendimiento con visión de futuro ha tomado la dirección opuesta: la creación de comunidad a través de la virtualidad. Es curioso observar cómo grandes corporaciones han decretado el fin de la virtualidad, exigiendo el retorno a las cuatro paredes del siglo pasado. Lo hacen bajo la premisa de la productividad, cuando en realidad lo que buscan es el control. Se han quedado estancados en una mentalidad de finales del siglo XX, donde el valor se medía por “horas-silla” y la comunicación era vertical.
En contraste, el emprendedor con visión de futuro ha comprendido que la virtualidad no fue un parche de emergencia, sino el catalizador de una nueva forma de existir. Estos líderes no están construyendo oficinas; están diseñando ecosistemas de confianza. Han entendido que tanto en la educación como en el mundo laboral, el activo más valioso no es el espacio físico, sino la conexión humana potenciada por la tecnología.
Actualización vs. estancamiento: La bandera de la IA
La diferencia entre estos dos mundos es tecnológica, pero sobre todo, de mentalidad. Unos siguen peleando con herramientas de hace 30 años, viendo la pantalla como una barrera. Los otros ya ondean la bandera de la actualidad con la inteligencia artificial como motor de sus comunidades.
La IA no es solo para automatizar tareas; es para humanizar el escalado. Nos permite personalizar el aprendizaje de cientos de personas a la vez, filtrar información relevante para la tribu en tiempo real y eliminar las tareas mecánicas para centrarnos en lo que realmente importa: la estrategia y el apoyo mutuo. Quien ignora la IA hoy está intentando competir en la Fórmula 1 con un coche de caballos.
El fenómeno Skool: Cuando la tribu tiene un hogar
Un ejemplo tangible de esta victoria del emprendimiento visionario son las cientos de comunidades exitosas en plataformas como Skool. No son simples repositorios de vídeos; son organismos vivos.
En Skool, el aprendizaje no es lineal ni solitario. Es gamificado, es social y es constante. Mientras las empresas tradicionales se preguntan cómo motivar a sus empleados para que vuelvan al tráfico de la ciudad, los líderes de comunidades en Skool están facturando miles de dólares y transformando vidas conectando a personas de diferentes continentes en un mismo propósito. Allí, el lunes por la mañana no es un peso, es el momento de reencontrarse con la tribu.
Elige tu Siglo
Estamos en un punto de no retorno. Puedes elegir quedarte en la resistencia, aferrado a modelos de gestión y educación del siglo pasado, o puedes abrazar la actualización definitiva.
El futuro no es un edificio, ni es un PDF enviado por correo. El futuro es una comunidad vibrante, virtual y potenciada por IA, donde el liderazgo se ejerce facilitando el éxito de los demás, sin importar el código postal.
La pregunta ya no es si la virtualidad funciona. La pregunta es si tu tecnología y tu mentalidad están a la altura de lo que el 2026 nos exige.
