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La ilusión del Centro y el despertar de la Derecha Dominicana: Hacia el 2028

La ilusión del Centro y el despertar de la Derecha Dominicana: Hacia el 2028
Por: Pedro Morales: Consultor en inteligencia artificial, marketing digital, fundador de la agencia de automatizaciones IA Liderazgo Digital MS, director ejecutivo de la plataforma de medios “La Nave Digital”.

Durante mucho tiempo, en diversas entrevistas y participaciones en medios de comunicación, especialmente todos los lunes en la sección “Perspectivas Políticas” en el programa La Voz de la Tarde que se transmite por la plataforma “La Nave Digital”, he venido anunciando sobre un fenómeno que para muchos pasaba desapercibido: la inminente aparición de una derecha real y doctrinaria en la República Dominicana. A menudo, estas informaciones parecieron caer en saco roto o fueron subestimadas por una clase política cómoda en su consenso socialdemócrata. Por eso, hoy he decidido dejarlo por escrito, con la claridad que el momento exige y con la mirada puesta en el horizonte del 2028.

La República Dominicana se encuentra en un limbo ideológico que, aunque funcional para la estabilidad inmediata, comienza a mostrar signos de agotamiento. Durante décadas, el sistema político dominicano ha operado bajo un “consenso socialdemócrata” donde, sin importar las siglas —PRD, PLD o PRM—, el modelo de gestión termina siendo el mismo: una mezcla de retórica progresista con un pragmatismo económico que no termina de soltar las amarras del estatismo y el clientelismo.

El PRM: ¿Gobierno de “Cambio” o ambigüedad permanente?

El gobierno de Luis Abinader personifica esta ambigüedad. Si bien existen esfuerzos por atraer inversión y potenciar alianzas público-privadas que cualquier defensor del libre mercado aplaudiría, la administración mantiene una red de subsidios y una nómina pública que no es más que la sofisticación de la vieja política clientelar. Se nos vende un “centrismo” que parece más una indecisión estratégica: intentar complacer agendas globales mientras se lidia con una base nacional que exige definiciones. En política, la falta de definición es el preludio de la ineficiencia.

El quiebre del consenso: De la Izquierda de 2020 a la Derecha de hoy

Para entender dónde estamos, debemos mirar de dónde venimos. En la antesala de las elecciones del 2020, movimientos como la Marcha Verde y las protestas en la Plaza de la Bandera fueron, en su esencia, movimientos con una clara impronta y agenda de izquierda. Sin embargo, el viento ha cambiado de dirección.

Hoy, la energía de la calle ha pasado a manos de la derecha. Lo ocurrido en la Marcha de Friusa en contra de la inmigración ilegal descontrolada y la Marcha Negra frente a los juzgados, reclamando el fin de la impunidad y transparencia en el caso SeNaSa, son manifestaciones que marcan un hito. Estos no son movimientos de la izquierda tradicional; son la expresión de una ciudadanía que reclama soberanía, orden y justicia real, pilares fundamentales del pensamiento de derecha.

Los rostros de la Nueva Derecha

Este despertar se manifiesta en cuatro frentes que ya no pueden ser ignorados:

  1. El factor intelectual y libertario El proyecto Patria Libre de Fernando Abreu representa un quiebre necesario. Su diagnóstico del “unipartido” socialdemócrata y su propuesta de reducir drásticamente el Estado, eliminar ministerios ideológicos y bajar impuestos, alinea a RD con la ola de libertad continental, desafiando el corazón mismo del clientelismo.

  2. El nacionalismo y la soberanía El factor Haití ha dejado de ser periférico. Movimientos como la Antigua Orden Dominicana y voces en la Fuerza Nacional Progresista (FNP) capitalizan el sentimiento de una nación que se siente “tibia” frente a las presiones internacionales.

  3. El fenómeno antiestablishment: La irrupción de Roque Espaillat (“El Cobrador”) en las elecciones del 2020, demostró que hay un nicho harto de la partidocracia que busca “mano dura” contra la corrupción, con una retórica disruptiva similar a la de Milei o Bukele.

  4. La derecha religiosa y el orden: Partidos como Generación de Servidores (Carlos Peña) han movilizado al sector conservador bajo banderas pro-vida y pro-familia, mientras que el “Bukelismo” se ha convertido en el nuevo estándar de seguridad que la ciudadanía reclama, cansada de un garantismo que parece favorecer al delincuente sobre el trabajador.

El Efecto Trump y el Horizonte 2028

Este despertar local está validado por la influencia de Donald Trump. El “Efecto Trump” ha legitimado globalmente el discurso de la soberanía, la desregulación económica y el rechazo a la corrección política. En un mundo que se polariza, la ambigüedad del PRM empieza a verse como debilidad.

El camino hacia el 2028 no será una simple rotación de siglas, sino una batalla ideológica frontal. La maduración de estas opciones de derecha obligará a los partidos tradicionales a decidir: o siguen maquillando la pobreza con el bienestarismo estatal, o se atreven finalmente a abrazar una política de derecha económica que libere las fuerzas productivas. La derecha dominicana ha despertado, y para el 2028, ya no aceptará ser invisible.

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