Por: Ing. Rafael A. Sánchez C. — Ingeniero, locutor, comunicador, magíster
Miércoles de Esperanza, miércoles epicentro de la semana
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.” — Salmos 90:12
La vida es tan frágil como el cristal y tan efímera como el rocío de la mañana. Sin embargo, en el trajinar diario actuamos como si fuéramos eternos, olvidando que cada latido es un regalo irrepetible. Avasallamos, humillamos, maltratamos, vejamos y calumniamos… como si el mañana estuviese garantizado.
Solo cuando la muerte llega de forma repentina, sobre todo arrebatando a alguien joven, es que hacemos un alto y pretendemos reconsiderar nuestro modus vivendi. Lloramos, reflexionamos, prometemos cambios… pero, al cabo de unos días, volvemos a la misma rutina de egoísmos y atropellos. No debería ser así.
El tiempo es un préstamo divino que no sabemos cuándo nos será reclamado. Vivamos con humildad, haciendo el bien sin mirar a quién, sembrando paz en lugar de discordia. Dejemos correr lo ajeno, cuidemos lo nuestro y disfrutemos con gratitud lo que nos toca. Amemos más, critiquemos menos.
Al final, lo material es trivial; y como decimos en mi amado Vallejuelo: “na’ e’ na’ y pajita to’”. La verdadera riqueza es irnos en paz, llenos de amor y con la satisfacción del deber cumplido, dejando huellas que otros puedan seguir.
“El hombre que no vive para servir, no sirve para vivir.” — Teresa de Calcuta
“La vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento.” — Maya Angelou
Finalmente, concluimos nuestro artículo de hoy rogando que disfrutemos la vida que Dios nos concede, porque cada amanecer es un regalo que no se repetirá jamás. Amemos, perdonemos, sirvamos y vivamos con gratitud, sabiendo que lo único eterno es el bien que sembramos en los demás.
DIOS ES BUENAZO…!!!