Catherine Connolly, candidata independiente de izquierda, fue proclamada ganadora de las elecciones presidenciales en Irlanda, superando a su contrincante centrista, Heather Humphreys, por un margen significativo. Connolly obtuvo más del 63% de los votos, mientras que Humphreys alcanzó el 29.5%.
Participación y contexto electoral
Un total de 3.6 millones de votantes fueron convocados a las urnas para elegir al sucesor de Michael Higgins, quien ha desempeñado el cargo honorífico de presidente desde 2011. Esta elección marca la primera vez desde 1990 que solo dos candidatas, ambas mujeres, compitieron por la presidencia de Irlanda. Connolly se enfrentó a la exministra Humphreys, quien ha sido un pilar en la coalición gubernamental.
Tras reconocer su derrota, Humphreys declaró ante la televisión nacional que “Catherine será una presidenta para todos nosotros y será mi presidenta”. Por su parte, Simon Harris, el viceprimer ministro irlandés y miembro del partido centrista Fine Gael, felicitó a Connolly, expresando sus deseos de éxito.
Impacto y reacciones
Connolly se convierte así en la tercera mujer en dirigir Irlanda desde su ingreso a la Unión Europea en 1973, país que cuenta con una población de 5.2 millones de habitantes. Las elecciones estuvieron marcadas por una baja participación y fueron criticadas por votantes conservadores que sintieron que no se les ofrecían suficientes alternativas políticas.
Algunos conservadores promovieron la anulación de votos como protesta. Entre las figuras públicas que consideraron participar en la contienda presidencial se encuentran el luchador Conor McGregor, el músico Bob Geldof y el bailarín Michael Flatley.
Discurso de agradecimiento
En su discurso de agradecimiento, Connolly aseguró que será un “inmenso privilegio servirles” y destacó su compromiso de ser “una presidenta inclusiva”, dirigiéndose a quienes anularon su voto. También expresó su intención de ser “una voz por la paz”, fundamentada en la política de neutralidad de Irlanda.
Desafíos futuros
El país ha estado inmerso en un debate divisorio relacionado con la llegada de solicitantes de asilo, lo cual ha desencadenado protestas. Una candidatura católica intentó participar en las elecciones, pero no reunió suficiente apoyo parlamentario, generando malestar. Connolly y Humphreys fueron las únicas candidatas tras la retirada de Jim Gavin, representante de Fianna Fail. Aunque Gavin se retiró previamente, obtuvo un 7% de los votos.
Una encuesta reciente indica que el 49% de los consultados no se sintieron representados en la elección. Connolly, apoyada por partidos de izquierda incluido Sinn Fein, escaló en las encuestas antes de los comicios. Un votante de Dublín, Oisin Woods, expresó que considera a Connolly como “muy íntegra”.
Se anticipa que Connolly, conocida por sus ideas antitéticas al establecimiento en política exterior, justicia social y vivienda, podría experimentar tensiones con el gobierno actual. Connolly, quien ha condenado el conflicto en Gaza, continúa siendo una figura mediática con impacto en la política irlandesa.

