CLARO, SÍ PODEMOS…

Por: Ing. Rafael A. Sánchez C. — Ingeniero, locutor, comunicador, magíster

Lunes, inicio de la semana laboral, lunes de templanza.

En la vida hay cosas que no basta con soñarlas; hay que hacerlas. Pero hacerlas cuando se pueda. Porque, aunque el deseo sea grande, el tiempo —ese juez sin rostro y sin pausa— no espera. Por eso insisto: hagámoslo si podemos… claro, si podemos.

Y no lo digo como un capricho, sino como una mirada seria, moderada y serena desde las aristas variables que determinan la posibilidad real de hacer lo que anhelamos. No basta con querer. Hay factores que gobiernan los instantes:

• La salud, porque el cuerpo es el vehículo del alma.
• La economía, porque sin medios los fines se alejan.
• El tiempo adecuado, porque hay ventanas que se abren y no vuelven.
• La disposición emocional y familiar, porque no vivimos solos ni ajenos al impacto de nuestras decisiones.
• La voluntad compartida, porque muchas ilusiones requieren acuerdos.
• Y, sobre todo, el permiso de la vida, ese margen breve y a veces esquivo que se nos da para cumplir con lo que nos hace sentir plenos.

Una reflexión personal

Les comparto algo muy personal:

Una de mis grandes ilusiones fue celebrar mi cumpleaños número 50 con el artista Diomedes Núñez, líder de la agrupación musical Grupo Mío, acompañado, por supuesto, de toda su orquesta. Era un anhelo simple, festivo, pero cargado de emoción, de historia y de identidad.

Y sí, teníamos las condiciones para hacerlo:

• La salud estaba de nuestro lado.
• La familia unida.
• El lugar disponible.
• Y los recursos económicos en su justo lugar.

Durante más de una década fui planteándole este sueño a mi compañera de vida. La idea avanzaba, parecía viable, todo iba bien. Pero a pocos días del cumpleaños, ella me dijo que no estaba de acuerdo. Me dolió. Me molesté, brinqué, protesté, pataleé… y, como tantas veces, la celebración no se realizó.

Sin embargo, este artículo no es un reclamo. Es una reflexión profunda:

Debemos intentar vivir sin dejar vacíos evitables

Vacíos que —con condiciones dadas— pudieron ser llenados. Vacíos que no le hacen daño a nadie y que solo suman sentido a la existencia.

Hoy quisiera celebrar mis 50… pero ya no tengo 50.
Hoy quisiera hacerlo con Diomedes y su Grupo Mío… pero Diomedes ya no está en este mundo.

Entonces, ¿qué nos queda?

Nos queda vivir con conciencia. Hacer lo posible cuando se pueda. No posponer lo que sí podemos realizar sin herir, sin afectar, sin destruir.

La vida no se repite.
El tiempo es INEXORABLE.
No responde a súplicas ni retrocede por nostalgias.

Por eso:

• Amemos más.
• Disfrutemos más.
• Sumemos más.
• Multipliquemos nuestra alegría.
• Evitemos restar amor.
• Y no dividamos los sueños por miedo, por orgullo o por falta de diálogo.

Vivamos como quien sabe que hoy estamos… y mañana tal vez no.
Llenemos los espacios posibles.
Hagamos lo que anhelamos…  CLARO, SÍ PODEMOS.

DIOS ES BUENAZO…!!!