By En el espacio “Comunidad Política”, la comunicadora y líder social Jenny Rivera conversó con la periodista Katherine Rossis sobre el papel fundamental que tiene la labor social en la transformación comunitaria, especialmente en el empoderamiento de la mujer y el fortalecimiento de la identidad familiar en República Dominicana.
Una trayectoria dedicada al servicio y la comunicación
Rivera, licenciada en mercadotecnia y máster en comunicación corporativa, es reconocida por su trabajo en comunicación estratégica y por liderar la agencia Jenny Rivera Comunica, la cual ofrece consultoría sobre servicio al cliente, reputación organizacional y conexión entre marcas y audiencias. Sin embargo, enfatizó que su verdadera pasión radica en servir, y que su ejercicio profesional siempre se ha alineado con la vocación social desde hace más de una década.
Durante la entrevista, Rivera describió su camino personal y profesional, señalando que su labor social es un reflejo de los valores inculcados por sus abuelos y padres, y que se considera “un ser humano en construcción cuyos errores y aprendizajes refuerzan cada día el compromiso social”.
Anda Viva: más que una ayuda, una filosofía de transformación
Una parte esencial de la conversación giró en torno a la fundación Anda Viva, fundada en 2014 para el empoderamiento de la mujer, el fomento del amor propio y la sororidad. Rivera relató los orígenes del nombre, inspirado en enseñanzas familiares, y subrayó la importancia de registrar la identidad de los proyectos de impacto social.
Anda Viva no solo entrega recursos materiales, sino que desarrolla programas educativos, talleres y actividades motivacionales, incluyendo encuentros para mujeres con cáncer de mama y asesoría en aspectos emocionales y psicológicos. Para Rivera, la transformación involucra atender tanto las necesidades económicas como las psicológicas y de identidad, ya que “no solo se trata de lo tangible, sino de dejar huellas en la autoestima y la seguridad de las personas”.
Desafíos y oportunidades de la labor social
Rivera analizó los principales desafíos en la labor social, destacando que muchas veces la ayuda se realiza con recursos limitados y con escaso apoyo, salvo en contadas ocasiones de patrocinio o colaboración política. Expresó que la mayor recompensa proviene del impacto intangible: cuando una charla o un mensaje cambia la mentalidad de una mujer o motiva a salir de una situación de violencia.
Según Rivera, programas gubernamentales como los de medicamentos de alto costo han sido vitales para las comunidades vulnerables, aunque sugirió que deberían mejorarse los protocolos y la comunicación institucional para que más personas accedan a ellos efectivamente. Insistió en la necesidad de unir esfuerzos con el Estado para amplificar el alcance de las fundaciones, aunque reconoció los obstáculos para que los proyectos independientes sean adoptados a mayor escala.
El rol de la salud mental y la familia
En sus declaraciones, Rivera subrayó la relevancia de abordar la salud mental y los aspectos emocionales como parte del desarrollo social: “Lo económico es necesario, pero más lo es la orientación psicológica y el fortalecimiento de la composición familiar”. La entrevistada criticó la visión de que ayudar es solo dar bienes materiales y defendió una visión integral que incluya bienestar emocional, autoestima y educación, especialmente para la mujer como núcleo transformador.
Sororidad y cooperación: claves para el cambio
Rivera promovió la sororidad como pilar de Anda Viva, abogando por una cultura de apoyo mutuo entre mujeres para lograr avances y eliminar la competencia destructiva. Enfatizó la necesidad de que tanto el Estado como la población asuman responsabilidades compartidas para el mantenimiento y el desarrollo comunitario.
Visión y legado
Finalmente, la líder comunitaria sostuvo que la verdadera transformación ocurre cuando se conjugan las ayudas materiales, la orientación emocional y la conciencia de responsabilidad ciudadana. Subrayó que el verdadero pago por la labor social es “la moneda de la felicidad”, dejando un mensaje de esperanza: las acciones individuales pueden, en conjunto, elevar el bienestar de toda una comunidad y del país.
