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La Gleba Insurrecta del Bronx: Una Vergüenza Nacional

La Gleba Insurrecta del Bronx: Una Vergüenza Nacional

Por: Ing. Rafael A. Sánchez C. — Ingeniero, locutor, comunicador, magíster

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” – Hebreos 11:1 – RV1960

I. Introducción sin anestesia

No hay nación digna que no se sonroje cuando su gente ensucia los símbolos patrios que la definen. Lo que vivimos en la mal llamada Parada Dominicana en el Bronx, Nueva York, fue una de las mayores vergüenzas culturales de nuestra historia reciente.

No fue folclor ni orgullo patrio. Fue un espectáculo nauseabundo, un desborde de obscenidad, vulgaridad, inmoralidad y estupidez. Fue una exhibición descompuesta de una gleba insurrecta sin causa, sin dirección y sin decoro, que no representa a la República Dominicana, ni a sus verdaderos hijos ni a su historia.

II. La insurrección de la estupidez

Lo que se presenció no fue una rebelión de libertad ni una afirmación cultural, sino una sublevación de la necedad, un desfile de ignorancia y ofensa. Se confundió patria con perreo, cultura con espectáculo pornográfico, y bandera con disfraz grotesco.

“La estupidez insiste siempre.” — Albert Camus

Y eso vimos: estupidez insistente, legitimada y viralizada.

III. No todo lo popular es digno

¿Quién autorizó esa basura cultural como representación nacional? ¿En qué momento se estableció que bailar semi-desnudos, emborracharse en público y simular actos sexuales es muestra de orgullo dominicano?

“En una época de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario.” — George Orwell

La realidad: lo del Bronx fue una aberración, una profanación cultural y una ofensa colectiva al legado de Duarte, Luperón y las Hermanas Mirabal.

IV. El daño no es simbólico. Es real y medible

La mediocridad cuando se normaliza, contamina. Consecuencias:

  • Niños dominicanos en la diáspora asociarán esa imagen con su identidad.
  • Observadores internacionales creerán que eso representa al pueblo.
  • La diáspora trabajadora quedó moralmente herida por estos actos.

V. Es hora de decir basta

La patria no se representa bailando en hilo dental ni perreando sobre la bandera. Esa no es la cultura que fundó la República.

“Cuando la cultura se banaliza, el ser humano retrocede hacia la selva.” — Mario Vargas Llosa

VI. ¿Quién tiene el tupé de defender esto?

El que lo defienda no es patriota. Es cómplice del colapso moral y cultural. Esto no es conservadurismo, es ética básica y defensa del honor nacional.

VII. Propuesta: Refundar o desaparecer

  • Cancelar o refundar esta “parada”.
  • Crear una comisión nacional para rescatar la identidad cultural dominicana.
  • Incluir educadores, artistas reales y líderes comunitarios en la organización.

“La educación es el encendido de una llama, no el llenado de un recipiente.” — Sócrates

VIII. Conclusión: Patriotas, ¡alzad la voz!

No todo lo que se hace con una bandera es patriotismo. Debemos dejar de celebrar nuestra propia vergüenza y decir: ¡BASTA YA!

DIOS ES BUENAZO…!!!

 

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