En medio de una intensa discusión sobre la soberanía del Sáhara Occidental, Marruecos ha incrementado sus demandas territoriales, que incluyen la expansión de sus derechos sobre el espacio aéreo y las aguas circundantes, así como la promoción de la autonomía sobre los territorios saharauis. La prensa marroquí refleja esta creciente determinación del país hacia la anexión de nuevas áreas geográficas.
Marruecos ha heredado un marco expansionista desde la época de Hassan II, quien lideró la Marcha Verde hace casi cinco décadas, una operación considerada ilegal que resultó en la ocupación del Sáhara Occidental. Desde entonces, Marruecos ha mantenido su reclamación sobre esta región, así como sobre las aguas territoriales adyacentes, y ha extendido sus intereses hacia todo lo relacionado con las Islas Canarias.
Este enfoque se manifiesta a través del “Comité de Defensa de los Asuntos de Marruecos“, que aboga por la “liberación” de estos territorios mediante eventos testimoniales y marchas denominadas “verdes pacíficas”. Entre los lugares de interés se encuentran el Islote Perejil, las Islas Chafarinas, las Islas Alhucemas y el Peñón de Vélez de la Gomera, además de las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
En diciembre de 2020, el Parlamento marroquí aprobó proyectos de ley para establecer por primera vez la delimitación de la frontera marítima con España y Mauritania, lo que incluye aguas adyacentes al Sáhara Occidental. Esta decisión ha suscitado inquietudes debido a su potencial interferencia con las aguas de las Islas Canarias. La preocupación persiste tras una reciente reunión de alto nivel entre representantes de los gobiernos de Marruecos y España, cuya naturaleza ha sido calificada de secreta.
Marruecos justifica su demanda de un espacio marítimo más amplio aludiendo a su extensa costa, aunque este argumento contraviene la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Si las reclamaciones marroquíes prosperan, las Islas Canarias y los islotes circundantes quedarían geográficamente aislados bajo el control marítimo de Marruecos.
Pese a la controversia, se han llevado a cabo maniobras militares y ejercicios navales en aguas cercanas a las islas, lo que ha generado alarma por los riesgos ambientales y las repercusiones políticas de tales acciones. La prensa en Marruecos reporta que las autoridades buscan reforzar su influencia en la región, extendiendo su interés hacia las aguas contiguas.
En cuanto al espacio aéreo del Sáhara, este sigue bajo la responsabilidad de España desde que el país renunció a sus competencias administrativas sobre el territorio en 1976, con el objetivo de proceder a su descolonización. La Organización Internacional de Aviación Civil ha dictaminado que España continúe gestionando el tráfico aéreo mientras persiste la disputa territorial entre Marruecos y el Frente Polisario, que aboga por la autodeterminación del Sáhara.
Marruecos ha manifestado la demanda de asumir control sobre el espacio aéreo del Sáhara, y el Gobierno español, liderado por Pedro Sánchez, ha expresado su disposición a dialogar sobre este tema, aunque el estatus del Sáhara sigue siendo reconocido internacionalmente como un “territorio no autónomo”.

