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Por: Ing. Rafael A. Sánchez
Martes de fe.
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.” – Proverbios 11:14 (RVR1960)
Como dominicano que ama esta tierra bendita, confieso que a veces siento el deseo de teletransportar a nuestro excelentísimo presidente, Lic. Luis Rodolfo Abinader Corona, y elevarlo hasta la estratósfera. No por simple metáfora, sino para que desde allá arriba, con unos binoculares especiales, pueda observar con nitidez la panorámica de su propio gobierno: el de todos nosotros, el de la patria, el de la República Dominicana.
Desde esa altura, señor presidente, se ve todo: los aciertos y los errores, los logros y los fracasos, las esperanzas y las frustraciones. Y aunque sabemos que de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno, hoy más que nunca el país le demanda acciones firmes, contundentes y sabias.
A usted le restan tres años en el poder. Tres años que no deben desperdiciarse en traslados administrativos ni en simples retoques cosméticos. Este es el momento de traer sangre nueva, técnicos probados, profesionales íntegros y ciudadanos probos. Este es el tiempo de levantar un verdadero Dream Team gubernamental, con hombres y mujeres que encarnen la honestidad, la decencia y la responsabilidad como norte innegociable.
Señor presidente, un líder no se mide por la cantidad de promesas, sino por la capacidad de cumplirlas. Como advirtió Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.” El pueblo dominicano espera de usted cambios reales, no discursos; transformaciones de fondo, no remiendos superficiales.
“Cuando la justicia es fuerte, la injusticia tiembla.” – Montesquieu
Hoy la historia le da la oportunidad de terminar con dignidad y decencia su ciclo presidencial. No permita que su legado quede manchado por los recientes desastres administrativos que todos conocemos. Recuerde que la política es un arte de consecuencias y que la posteridad solo reconoce a quienes supieron servir con honor y transparencia.
En mi natal y adorado Vallejuelo, repetimos con sabiduría popular: “El pamo con tiempo tiene cura.” Todavía hay espacio, señor presidente, para rectificar, para corregir el rumbo y para sanar la confianza ciudadana. Pero para lograrlo, debe despojarse sin titubeos de todas esas personas que lo rodean y que con sus intereses personales empañan la noble misión de gobernar.
Arme, pues, su verdadero equipo. Conviértase en el presidente que supo escuchar desde la altura, que vio más allá de la inmediatez y que entendió que gobernar es servir. La República Dominicana se lo agradecerá.
Rafael A. Sánchez C.
¡¡¡DIOS ES BUENAZO…!!!
