Por: Ing. Rafael A. Sánchez
Lunes de Templanza — Inicio de la Semana Laboral
“El justo florecerá como la palma; crecerá como el cedro en el Líbano.”
(Salmo 92:12 – RV1960)
Hay rechazos que hieren… pero hay rechazos que cincelan.
 Cada burla, cada humillación y cada “no” pronunciado con desdén puede ser el punto de ignición del éxito futuro.
 El fracaso no es un final: es una fórmula incompleta.
La neurociencia moderna —según un estudio de la Harvard Medical School (2023)— demuestra que el rechazo activa las mismas áreas del cerebro vinculadas al dolor físico, pero también estimula regiones asociadas al aprendizaje y la resiliencia.
 De hecho, el 82% de las personas que alcanzan logros sobresalientes en su campo reportan haber vivido rechazos decisivos que los transformaron en su motor de avance.
El Coronel Harland Sanders, creador de Kentucky Fried Chicken (KFC), fue rechazado 1,009 veces antes de que alguien aceptara su receta de pollo frito.
 Walt Disney fue despedido por “falta de imaginación”.
 Albert Einstein fue tildado de “mentalmente lento” por sus maestros.
 Thomas Edison necesitó más de 10,000 intentos fallidos antes de iluminar el mundo.
 Jack Ma, fundador de Alibaba, fue rechazado 30 veces por empresas, incluyendo KFC, antes de fundar el gigante digital chino.
 Y Oprah Winfrey fue despedida de su primer trabajo televisivo por “no ser apta para la cámara”.
Cada uno de ellos fue primero ridiculizado y luego reverenciado; primero negado y luego necesitado; primero rechazado… y después glorificado.
“No he fracasado. Solo he encontrado diez mil maneras que no funcionan.”
— Thomas A. Edison
Desde una perspectiva estadística, estudios del National Bureau of Economic Research (NBER) confirman que los emprendedores que fracasan una vez tienen un 30% más de probabilidades de triunfar en su segundo intento, debido a la experiencia, la corrección de errores y la fortaleza emocional adquirida.
En psicología cognitiva, esto se conoce como el efecto antifrágil: lo que no nos destruye, nos estructura.
 Por eso, los rechazados de hoy son los arquitectos del mañana.
El acero más resistente pasa primero por el fuego más ardiente; la fe más sólida atraviesa el desierto más largo; y el carácter más noble nace de la prueba más dura.
“La gloria no consiste en no caer jamás, sino en levantarse cada vez que caemos.”
— Confucio
La sabiduría popular de mi Vallejuelo querido lo sentencia con hondura campesina y verdad ancestral:
 “El que no se cansa, aunque lo tumben, se levanta y llega primero.”
El mundo necesita hombres y mujeres que no negocien su integridad, que no vendan su honor por conveniencia, ni su conciencia por aplausos.
 Porque la grandeza no está en llegar, sino en llegar sin traicionar los principios.
Quien persevera, insiste y se mantiene fiel a sus valores, termina siendo la prueba viva de que la victoria pertenece a los incorruptibles.
No te rindas.
 No te vendas.
 No negocies tu dignidad.
Haz de la lealtad tu bandera, de la integridad tu escudo, de la fidelidad tu suelo y de la equidad tu religión de todos los días.
DIOS ES BUENAZO…!!!


