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Trump afirma que Venezuela ‘robó’ petróleo de EE. UU. en nueva estrategia

Trump afirma que Venezuela ‘robó’ petróleo de EE. UU. en nueva estrategia

La reciente afirmación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en relación con el petróleo que supuestamente Venezuela “robó” a su país, ha generado atención y debate. Esta declaración se produce en el contexto de una nueva estrategia estadounidense hacia Venezuela, que incluye un anuncio de bloqueo de los petroleros sancionados que ingresen y salgan del país.

El pasado martes, Trump comunicó un “bloqueo total y completo de los petroleros sancionados” hasta que Venezuela “devuelva a los Estados Unidos de América todo el petróleo, la tierra y otros activos que previamente nos robaron”. Este planteamiento ha sorprendido a analistas, dado que la justificación principal de la presión estadounidense sobre el Gobierno de Nicolás Maduro había sido la acusación de que lidera un cártel criminal, lo cual ha sido negado por el presidente venezolano.

Stephen Miller, asesor de Seguridad Nacional de Trump, reforzó este argumento al señalar: “El sudor, ingenio y esfuerzo estadounidenses crearon la industria petrolera en Venezuela. Su despótica expropiación fue el mayor robo de riqueza y propiedad estadounidense del que hay registros”. Ante estas afirmaciones, surge la pregunta sobre el contexto histórico de la industria petrolera venezolana y la veracidad de estos reclamos.

Historia de la industria petrolera en Venezuela

Venezuela, con las mayores reservas estimadas de crudo del mundo, inició el desarrollo de su industria petrolera en la década de 1920, durante el gobierno del general Juan Vicente Gómez. Este periodo es conocido en el país como “el Reventón” y marca la explotación masiva del petróleo, convirtiéndose en un recurso de importancia crucial tanto para Venezuela como para la economía mundial.

La actividad petrolera se concentró en la zona del Lago de Maracaibo, donde las empresas estadounidenses desempeñaron un papel fundamental, reemplazando a las empresas británicas y holandesas que habían comenzado su desarrollo inicial. Gómez implementó un sistema de concesiones que permitía a las empresas estadounidenses extraer y comercializar crudo a cambio de una regalía fijada inicialmente en un 7%. Miguel Tinker Salas, historiador y autor del libro “Una herencia que perdura. Petróleo, cultura y sociedad en Venezuela”, explica que los venezolanos no contaban con los recursos necesarios para explotar el petróleo, lo que llevó a la venta de concesiones a empresas extranjeras.

Impacto de la política petrolera

Durante este tiempo, la familia Rockefeller adquirió una significativa influencia en la industria petrolera a través de su compañía Standard Oil y su filial Creole Petroleum Company. Francisco Monaldi, director del programa de Energía en América Latina del Instituto Baker, señaló que los contratos otorgados a estas empresas fueron criticados por su favorable naturaleza para las mismas. Tinker Salas comenta que Gómez intentó mantener un equilibrio entre las distintas empresas extranjeras para evitar el monopolio.

El impacto ambiental de la actividad petrolera estadounidense en el Lago de Maracaibo fue significativo, con consecuencias negativas para las comunidades locales que dependían de sus aguas.

En 1943, el entonces presidente Isaías Medina Angarita buscó mejorar las condiciones para Venezuela, promoviendo una nueva Ley de Hidrocarburos que garantizaba al Estado un 50% de participación en los beneficios petroleros y aumentaba la regalía a un 16%. A pesar de que estas medidas fueron bien recibidas por Estados Unidos, esto se debió mucho a la necesidad de asegurar el suministro de petróleo durante la Segunda Guerra Mundial.

Carlos Andrés Pérez, presidente en 1974, propuso la nacionalización de la industria petrolera, en un contexto global de creciente conciencia entre los países productores sobre el poder de los recursos naturales. En 1975, Pérez creó la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), compensando razonablemente a las empresas estadounidenses que operaban en el país.

La llegada al poder de Hugo Chávez en 1999 marcó un cambio drástico en la política petrolera. Chávez impulsó la renegociación de los contratos y nacionalizó activos de empresas como ExxonMobil y ConocoPhillips, lo que llevó a litigios internacionales en torno a compensaciones justas por las expropiaciones realizadas.

A pesar de la situación actual en la que Venezuela enfrenta una deuda estimada en 150.000 millones de dólares y una producción de petróleo en declive, el gobierno de Maduro sostiene que las sanciones estadounidenses son el principal culpable de la crisis económica. Sin embargo, varios expertos coinciden en que la mala gestión y la corrupción durante los gobiernos de Chávez y Maduro han desempeñado un papel importante en esta situación.

En conclusión, analistas como Monaldi y Tinker Salas sugieren que las afirmaciones de Trump y Miller sobre el “robo” del petróleo por parte de Venezuela no se sustentan en un contexto histórico preciso y que la actividad estadounidense se basó en concesiones legalmente establecidas, claramente diferenciadas de los conceptos de propiedad actuales.

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