El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el martes un “bloqueo total y completo” a todos los petroleros sancionados que se encuentren en las aguas de Venezuela, lo que representa una intensificación de su estrategia de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro. A través de su cuenta en Truth Social, Trump indicó que “Venezuela está completamente rodeada por la Armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica”, aludiendo a los despliegues de buques de guerra, aviones y efectivos militares estadounidenses en la región.
Aún no se ha especificado la cantidad de petroleros que podrían verse afectados o el alcance de la intervención militar estadounidense en la ejecución de este bloqueo. La amenaza de estas medidas ha generado que varios buques se encuentren varados frente a las costas venezolanas, y datos de transporte marítimo indican que algunos petroleros han reconsiderado su rumbo para evitar ser interceptados.
En su declaración, Trump aseguró que “el régimen ilegítimo de Maduro está utilizando el petróleo de estos yacimientos robados para financiarse, el narcoterrorismo, la trata de personas, el asesinato y el secuestro”.
El Gobierno venezolano ha respondido a estas advertencias calificándolas de “grotesca amenaza”, afirmando que Trump intenta imponer un “supuesto bloqueo militar naval” con la intención de “robarse las riquezas” del país sudamericano. En años recientes, Venezuela ha recurrido a petroleros provenientes de Irán y Rusia para evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos que prohíben la comercialización de crudo venezolano.
La semana anterior, el Comando Sur de Estados Unidos llevó a cabo acciones contra más de 30 embarcaciones presuntamente relacionadas con actividades de narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental, modificando sus operativos para incautar el petrolero Skipper, que transportaba crudo venezolano cerca de la costa, el cual fue interceptado bajo una orden judicial.
El Skipper, que había sido sancionado desde 2022 por sus lazos a una “flota sombra” dedicada al transporte de crudo y violaciones de normativa de sanciones, ha sido trasladado a un puerto estadounidense donde iniciará un proceso legal para el decomiso de su carga.
A pesar del aumento de tensiones, The Wall Street Journal reporta que las operaciones de la empresa Chemron no se han visto afectadas, continuando con el envío de petroleros a la costa del Golfo de México. Se menciona que, al día siguiente de la incautación del Skipper, dos buques con crudo destinado a Chevron partieron del puerto de Bajo Grande en el lago de Maracaibo con rumbo a Estados Unidos.
Esta nueva intensificación de la presión estadounidense contra Maduro ha incrementado las tensiones diplomáticas entre los dos países y ha conducido a una reducción en los embarques de crudo venezolano, al tiempo que plantea riesgos de nuevas incautaciones en aguas circundantes.
El anuncio también se produce en un contexto de aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe, algo que ha sido denunciado por Caracas como “piratería”. Por su parte, la Casa Blanca defiende la incautación del petrolero sancionado, considerándola una parte integral de su política de sanciones y de control de activos relacionados con actividades delictivas.

