La reciente vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha marcado un cambio significativo en las dinámicas entre Estados Unidos y la Unión Europea. En un entorno geopolítico caracterizado por tensiones y conflictos, la Administración Trump ha adoptado una postura más crítica hacia sus tradicionales aliados europeos, exigiendo mayor autonomía en defensa mientras reduce parte de su apoyo.
Uno de los principales documentos que reflejan esta nueva estrategia es la Estrategia de Seguridad Nacional, publicada a principios de diciembre y descrita por Trump como una “hoja de ruta” para asegurar la primacía estadounidense. Este documento de 33 páginas critica fuertemente a la Unión Europea, advirtiendo sobre una posible crisis que podría amenazar su civilización en un plazo de aproximadamente 20 años. Además, la estrategia plantea preocupaciones sobre las políticas migratorias y la libertad de expresión en el bloque, sugiriendo que los problemas económicos europeos podrían ser eclipsados por una “realidad cruda” que implicaría el colapso de la civilización.
Colaboración con países europeos
El medio digital Defense One reporta que tuvo acceso a un borrador más extenso de la Estrategia de Seguridad Nacional, en el que se propone una mayor colaboración con cuatro países europeos —Italia, Austria, Polonia y Hungría— con el objetivo de apartarlos del bloque de 27 naciones de la UE.
Trump ha manifestado su apoyo a líderes como el húngaro Viktor Orbán y la italiana Georgia Meloni, ambos de tendencia populista y de derecha, que han ganado importancia en la política europea en años recientes. Orbán, en particular, es conocido por su postura de contrapeso dentro de la UE, desafiando frecuentemente las decisiones respaldadas por mayoría.
Aprobación de Orbán y el futuro de la UE
Tras la divulgación de la Estrategia, Orbán expresó su aprobación a las conclusiones, afirmando que Estados Unidos reconoce el declive de Europa, una preocupación que Hungría defiende desde hace 15 años. En redes sociales, el primer ministro húngaro indicó que, a partir de ahora, su país no se sentiría aislado en esta lucha. Trump, por su parte, ha elogiado públicamente a la presidenta italiana, describiéndola como una “política muy exitosa”.
Respecto a Polonia y Austria, aunque actualmente no son gobernadas por administraciones de derecha, persisten corrientes euroescépticas en ambos países. La posible alineación de estos cuatro estados con Washington podría permitir a la Administración estadounidense incrementar su influencia en el continente europeo, afectando negociaciones como las de paz relacionadas con el conflicto en Ucrania.
Finalmente, es importante resaltar que Washington ha desmentido en diversas ocasiones la existencia de una “versión alternativa” de la Estrategia de Seguridad Nacional.

