Santo Domingo.- En un contundente pronunciamiento en una reciente entrevista que resuena en el ámbito de la política exterior dominicana, el político Pelegrín Castillo ha instado a una revisión profunda de las relaciones internacionales de la República Dominicana, particularmente en lo que respecta a la creciente influencia de China y su papel en la agudización de la crisis haitiana. Las declaraciones de Castillo, extraídas de una reciente entrevista, subrayan la necesidad de priorizar el interés nacional frente a las dinámicas de las grandes potencias.
La Crisis Haitiana: Un Tablero Geopolítico
Castillo no escatimó en reconocer a China como una gran potencia mundial y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Sin embargo, su crítica se centró en la política internacional de Pekín en relación con Haití, la cual, a su juicio, contradice sus propios principios y agrava la inestabilidad regional.
Según Castillo, la posición de China en el Consejo de Seguridad, negándose a abordar el tema de Haití bajo el argumento de que este país mantiene relaciones con Taiwán, es “grave” e “imperialista”. Destacó que, a pesar de la petición del Secretario General de la ONU para una fuerza internacional robusta en Haití, China ha liderado una postura crítica contra Estados Unidos, proponiendo que “los haitianos resuelvan solos”. Esta postura es calificada por Castillo como “impracticable”, especialmente ante la creciente sofisticación militar en Haití, con la concentración de armas y la presencia de contratistas militares privados.
“Estamos entrando en un nivel de sofisticación militar alarmante, con drones y tecnología usada en conflictos globales. Esto coloca a República Dominicana en riesgo”, sentenció Castillo, quien ve en esta dinámica un “crimen internacional de alta sofisticación” que amenaza directamente la estabilidad de la República Dominicana.
Doble Rasero e Intereses Geopolíticos
El exlegislador acusó a China de aplicar un “doble rasero” en su política exterior. Mencionó cómo países como la República Dominicana, El Salvador, Costa Rica, Panamá e incluso Guyana, han visto frustrados sus intentos de establecer relaciones con Taiwán debido a presiones chinas y amenazas de represalias, lo que también considera una forma de “imperialismo”.
Para Castillo, la estrategia de China en la región es una “línea de pulso geoestratégico con Estados Unidos”. Afirmó que el gigante asiático busca demostrar la supuesta “impotencia” de Estados Unidos en su propia zona de influencia, refiriéndose a la afirmación del coronel Liming Fu del Ejército Popular de Liberación de China, quien describió a EE.UU. como un “tigre de papel”.
Impacto Económico y Soberanía Nacional
La crítica de Castillo no se limitó al ámbito geopolítico, sino que se extendió al impacto económico de la relación con China. Puso como ejemplo la construcción de una cementera en Santiago, la cual, según sus palabras, empleó a 500 trabajadores chinos en violación de la ley laboral dominicana, desplazando a profesionales locales. Casos como el de la planta Domicem, a su juicio, son una muestra de cómo los acuerdos internacionales y la “debilidad estatal” pueden socavar la soberanía y el empleo nacional.
Un Llamado a la Acción
Ante este panorama, Pelegrín Castillo fue enfático: “Debemos revisar nuestras relaciones internacionales con todas las potencias. Necesitamos una política exterior basada en el interés nacional y en una verdadera estrategia de desarrollo”. Su mensaje final es claro: la República Dominicana no puede ser desestabilizada ni convertida en un escenario de guerras ajenas.
Las declaraciones de Castillo abren un debate crucial sobre el rumbo de la política exterior dominicana y la necesidad de una postura más firme y autónoma frente a las complejas dinámicas de poder global.